viernes, 18 de diciembre de 2015

Pueblos indígenas de Costa Rica

Pueblos Indígenas de Costa Rica

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Los Cabécares

El pueblo Cabécar se ubica en las faldas de la Cordillera de Talamanca, a ambos lados. Sus tierras patrimoniales jurídicamente establecidas cubren una extensión total de 163.317 hectáreas. 

En el Pacífico se encuentra en el territorio indígena de Ujarrás en el cantón de Buenos Aires, con una extensión de 19.040 hectáreas, mientras que en la vertiente atlántica está en 6 territorios indígenas, en 3 bloques en que los territorios respectivos son colindantes o muy cercanos (en la misma región): x El primer bloque comprende los territorios de Chirripó Arriba (77.973 ha) en los cantones de Limón Centro y Turrialba, Bajo Chirripó (18.783 ha) en los cantones de Turrialba y Matina, Nairí-Awarí (5.038 ha) en los cantones de Turrialba, Matina y Siquirres. x El segundo bloque comprende los territorios de Tayní (16.216 ha) en el cantón de Limón Centro y de Telire (16.260 ha) en el cantón de Talamanca. x El tercer bloque comprende los territorios de Keköldi (3.538 ha, compartido con los Bribris, cerca de Puerto Viejo) y de Talamanca Cabécar (22.729 ha), ambos en el cantón de Talamanca.

El pueblo Cabécar es globalmente el que parece conservar más sus tradiciones culturales, incluyendo el idioma, que es hablado, en tres formas dialectales diferenciadas, por un 100% de los indígenas en Tayní, Telire, Chirripó (ambos territorios), Nairí-Awarí y la parte alta de Talamanca Cabécar (entre Mojoncito y Alto Coén).

Los Cabécares conservan, además del idioma, rasgos culturales muy propios, como el sistema de filiación, que sigue la línea materna y se organiza en clanes. A pesar de la existencia de apellidos de origen español para casi todos los indígenas, se mantiene firme la noción del clan materno al que se pertenece y este sistema estructura no solo la organización familiar (quiénes se consideran o no parientes) sino que regula todos los intercambios matrimoniales.

También conservan los Cabécares su tradición espiritual, la cual se fundamenta en la figura del jawá, al que popularmente en Costa Rica se le conoce como "sukia". El jawá es el especialista en medicina tradicional, por lo que tiene un amplio conocimiento del medio natural, del uso especializado de hierbas medicinales. La cosmovisión tradicional interpreta la enfermedad como un disturbio del universo, por lo que cualquier acto de curación requiere también de la intervención del jawá en una calidad similar a la de un sacerdote, como intermediario entre la sociedad y las fuerzas espirituales supra humanas. Además del jawá, existen otros especialistas, hombres y mujeres, que efectúan rituales particulares para los enterramientos, la pubertad, los nacimientos y otras circunstancias. Algunos de los cargos ceremoniales tradicionales, sin embargo, se han perdido, como es el del uséköL, quien se consideraba como el máximo líder espiritual. Se presume que el último murió en los años 30 en Talamanca, sin haber formado a eventuales sucesores.

En cuanto a los rasgos de la cultura material, los Cabécares, tanto como otros pueblos indígenas de la región, han mantenido una relación estrecha con la naturaleza, pues su modo de vida se ha caracterizado por un uso de los recursos naturales para la construcción de viviendas, obtención de alimentos, plantas medicinales, fibras para la confección de canastas y otras industrias artesanales. La vigencia de esta cultura material, tanto como la espiritual o simbólica, depende en forma determinante de la conservación de los bosques circundantes que proveen los materiales necesarios. 

Los Bribris

Se ubican igualmente a ambos lados de la Cordillera de Talamanca. Las tierras patrimoniales reconocidas por el Estado costarricense alcanza una extensión de 86.788 hectáreas, en 4 territorios indígenas: Talamanca Bribri (43.690 ha2) y Keköldi (3.538 ha, compartido con los Cabécares, cerca de Puerto Viejo), en el cantón de Talamanca, y Salitre (11.700 ha) y Cabagra (27.860 ha) en el cantón de Buenos Aires. Cabe mencionar que existe una comunidad Bribri también en territorio panameño, de aproximadamente 500 habitantes (en la región de Yorkín).

Lo acotado para los Cabécares en torno a la problemática de la pérdida cultural y su relación con la destrucción de los bosques y la usurpación de las tierras patrimoniales es igualmente válido para los Bribris. El territorio de Talamanca Bribri y parcialmente el territorio de Keköldi son los que mantienen una mayor cobertura de bosque, especialmente en las tierras ubicadas al margen derecho del río Telire y en los "altos" (cuencas superiores de los ríos Urén, Lari y Coén). En estas regiones es donde los Bribris han mantenido más fuertemente sus costumbres y sus tradiciones, las cuales guardan una muy estrecha semejanza con las de los Cabécares. En los territorios de Salitre y Cabagra, que han conocido una situación similar a la descrita para Ujarrás, las costumbres cambian como efecto de la desvalorización cultural, la destrucción de los recursos naturales, el despojo territorial. Al igual que para Talamanca Cabécar, las comunidades indígenas a la margen izquierda del río Telire y Sixaola se sitúan a lo largo de vías de penetración y allí la cultura indígena ha perdido vigencia, lo cual es fácilmente visible. 

Hay fundamentalmente dos variedades dialectales del idioma Bribri. En la parte alta de Talamanca es donde se conserva el idioma vernáculo como principal vehícuEl pueblo Ngöbe, también conocido como Guaymí, es el más numeroso en toda la Baja Centroamérica, alcanzando quizás 150.000 personas. Sin embargo la mayor parte se encuentra en territorio panameño, ya que en Costa Rica su número se sitúa, según nuestros datos, entre 2.677 y 5.370 personas.

Los Ngöbes se sitúan en el Pacífico Sur (la región que ahora se conoce como Sur-sur) a proximidad de las frontera con Panamá, en 4 territorios indígenas: Abrojos-Montezuma (1.480 ha, cantón de Corredores), Conte Burica (11.910 ha, cantones de Golfito y Corredores), Coto Brus (7.500 ha, cantones de Buenos Aires y Coto Brus), Osa (2.757 ha, cantón de Golfito). Sin embargo existe una comunidad Ngöbes, la de Altos de San Antonio (cerca de Ciudad Neily, cantón de Corredores), a la que no se ha reconocido el estatus de territorio indígena a pesar de reiteradas reivindicaciones en ese sentido. Esta comunidad cuenta con 104 personas y solamente 75 hectáreas según Camacho (1995:23). El territorio global del pueblo Ngöbe reconocido jurídicamente en Costa Rica alcanza así 23.647 hectáreas.
lo de comunicación. En los demás territorios y en la parte de Talamanca Bribri a la margen izquierda del Telire, el idioma se va perdiendo gradualmente. La situación es más crítica en Salitre y Cabagra, donde ya muchos niños y jóvenes no hablan el idioma vernáculo.

En las regiones donde se conserva más la tradición cultural sigue en plena vigencia el sistema de filiación por clanes matrilineales, semejante al de los Cabécares. Pero aún en las regiones en que los procesos de aculturación han sido más importantes la mayoría tiene una clara noción de ello.

Los Bribris han conservado también sus prácticas tradicionales en medicina, centradas en la persona del awá, que es el homólogo del jawá Cabécar. Se mantiene aparentemente un número mayor de awá que entre los Cabécares, especialmente en la región de Talamanca. Sin embargo es notable que son muy pocos los jóvenes que se preparan hoy para ejercer ese oficio, pues el aprendizaje es muy largo (puede durar hasta 10 años y más) y muy duro (aprendizaje especializado de las plantas, de los cantos rituales y de otras prácticas).

Los Ngöbes

Los Ngöbes mantienen fuertemente su cultura tradicional, haciendo prueba de una capacidad de adaptación sorprendente, que se manifiesta en especial en la religión de Mama Chi, que sincretiza rasgos del cristianismo y rasgos de su espiritualidad tradicional. Esta religión tuvo su origen en la región de Chiriquí, en Panamá. Sin embargo hay que ver al pueblo Ngöbe como una totalidad, por lo que los fenómenos culturales no son propios de Ngöbes de Panamá o de Costa Rica en forma necesariamente diferenciada. La religión de Mama Chi es así una manifestación cultural del pueblo Ngöbe en su conjunto y como tal se extiende también a los territorios en que se asientan los Ngöbes en Costa Rica.

Un rasgo interesante es que en el pueblo Ngöbe subsisten dos idiomas diferenciados, el movere (a veces señalado como ngawbere) y el bocotá (o bokotá). En Panamá hay una tendencia marcada hacia la diferenciación étnica, reconociéndose los hablantes propios del movere como Ngöbes y los del bocotá como Buglés, y se señalan incluso territorialidades diferenciadas para ambos.

En cuanto a la medicina, los Ngöbes mantienen muchas prácticas tradicionales. Existen especialistas en el manejo de hierbas medicinales, usualmente llamados "curanderos". En la tradición del pueblo Ngöbe se mantienen también los sukias (llamados así en su idioma), que además de conocimientos terapéuticos se consideran líderes espirituales, sin embargo no los hay en el territorio costarricense.

El sistema tradicional de parentesco de los Ngöbes es bastante complejo, pues las relaciones matrimoniales preferenciales se establecen entre primos cruzados de segundo grado por parte de madre o de padre (bilateral). La filiación y las relaciones y los términos propios de parentesco se establecen entonces en referencia a los abuelos por parte de madre y padre. 

La cultura material de los Ngöbes es muy rica en expresiones específicas, tanto en la vivienda tradicional, hecha de materiales del bosque, como en las industrias artesanales (bolsos, chaquiras, cortezas pintadas de mastate), en el vestido tradicional (especialmente las mujeres). La vivienda tradicional, como para los demás pueblos, se mantiene allí donde se conserva el bosque como recurso cotidiano.

Los Brunkas o Borucas

Los actuales territorios indígenas Brunkas tienen una extensión global de 23.090 hectáreas, divididos (aunque colindantes) en el de Boruca, con una extensión de 12.470 hectáreas, y el de Curré, con una extensión de 10.620 hectáreas. Las regulaciones vigentes que fijan la cabida y los límites son el decreto n° 22203-G del 16 de abril de 1993 para Boruca y para Curré, aunque, como se dijo, la Reserva Indígena (que englobaba en un solo territorio a Boruca, Curré y Térraba) fue creada en 1956.

La comunidad Brunka, en los últimos años, ha desarrollado muchas iniciativas, además de esta, para la revitalización de su cultura particular. Es así como se ha revitalizado el “baile de los diablitos”, representación teatral y festiva que se desarrolla todos los años entre el 31 de diciembre y el 2 de enero en Boruca y en febrero en Curré. Paralelamente han resurgido los mascareros y la confección de máscaras tradicionales que se usan en esta actividad. En el campo de la artesanía es notable también la revitalización cultural, especialmente en cuanto a los tejidos a base de algodón que algunos vecinos cultivan e hilan ellos mismos. Se ha recuperado en plenitud el uso de los tintes naturales, incluyendo el morado que es objeto de giras especiales a cierto lugar en el mar (cerca de la desembocadura del río Térraba) y que se extrae de un molusco de una forma particular sin dañar al animal. El labrado de jícaras, por su parte, constituye una especialidad de los artesanos de Curré. 

La revitalización de las artesanías está asociada especialmente con la formación de grupos de artesanos, entre los cuales destacan los de las mujeres. 

Los Térrabas

Los Térrabas se ubican en colindancia con los Brunkas, en el cantón de Buenos Aires, a orillas del río Grande de Térraba. Solamente existe un territorio indígena que es el de Térraba y tiene una extensión de 9.355 hectáreas. Este territorio fue originalmente creado como Reserva Indígena en 1956 (en un solo territorio con Boruca y Curré), pero la regulación vigente en cuanto a cabida y límites es la que establece el decreto 22203-G del 16 de abril de 1993.

Los Malekus

Los indígenas Malekus tradicionalmente han sido llamados “Guatuso” en virtud de haberse identificado como tales a unos indígenas encontrados en el cerro de La Guatusa, cerca de Esparza, a mediados del siglo XVIII. De esta denominación colonial es que ha surgido el nombre de Guatuso también para la región que hoy constituye un cantón, cuya cabecera es San Rafael de Guatuso, en el norte del país.

El territorio Maleku se ubica geográficamente en los cantones de Guatuso y San Carlos y posee tres localidades que se conocen como “palenques”: Tonjibe, El Sol y Margarita.

 la comunidad Maleku mantiene aún con relativa firmeza su cultura y sus concepciones tradicionales, los ancianos y muchos jóvenes mantienen vigente su cultura y añoran la esperanza de que pueda florecer de nuevo. Así, aún se mantiene la práctica tradicional de enterrar a los muertos en un área de la vivienda, conforme a la concepción de que sus espíritus sigan influyendo benéficamente.
El sistema de parentesco se ha logrado mantener también, quizás ayudado por el hecho de que, al ser de tipo bilateral, se ha confundido con el sistema nacional institucionalizado que reconoce básicamente la filiación paterna. Los Malekus mantiene también una tradición oral muy rica, la cual ha sido objeto de investigaciones por parte de filólogos y lingüistas. 

 En cuanto a la medicina tradicional, esta se practica muy poco porque los madereros han destruido casi completamente el medio y no hay facilidades para abastecerse de plantas medicinales. También hay plantas que se usan espiritualmente, por ejemplo para ungir a los muertos, según las concepciones tradicionales que aún siguen vigentes. Pero ya casi no se consiguen. 

Como consecuencia también de la destrucción del medio, los Malekus también perdieron las posibilidades de construir sus viviendas tradicionales. Los Malekus vivieron, hasta hace pocas décadas, en ranchos construidos con materiales naturales llamados "palenques". Estos eran viviendas de planta cuadrangular, sobre pilotes y sin paredes, donde se concentraban varias familias relacionadas parentalmente. La destrucción de los bosques, junto con programas de vivienda totalmente inadecuados, imputaron a la comunidad negativamente y, hoy, no existen más estos palenques en la comunidad.

En cuanto al idioma, se considera que aproximadamente el 80% de los Malekus lo conserva. Sin embargo hay tendencia a su pérdida. 

Los Huetares

Se ubican las de Quitirrisí y Zapatón, que fueron erigidas como Reservas Indígenas en 1976 y 1981 respectivamente. Los Huetares no se ubican solamente en estos territorios, según Quesada (Quesada,1996, 213-214), sino que hay otras comunidades, como Bocana, que no están dentro de los límites de las reservas indígenas reconocidas y que conservan más rasgos de la identidad indígena Huetar que esas. Incluso en Bocana, los ancianos se consideran indígenas y existe cierto grado de conciencia indígena, por ejemplo se llama "ladino" al mestizo o a los que no son originarios de ahí. Otras comunidades no tienen conciencia de un origen indígena, como Bajo de Cárdenas, Cerro Nene y otros, pero conservan numerosos rasgos culturales indígenas.

Las tierras de los Huetares reconocidas como territorios indígenas ascienden a 3.818 hectáreas y 4.146 m2. 2.855 hectáreas corresponden al territorio de Zapatón y el restante al territorio de Quitirrisí. Ambos, aunque cercanos geográficamente, están físicamente separados. Zapatón se ubica integralmente en el cantón de Puriscal, mientras que Quitirrisí se ubica enteramente en el cantón de Mora.

Los rasgos culturales más evidentes de la cultura Huetar que se mantienen son el trabajo con materiales textiles, tintes naturales, elaboración de utensilios caseros, vivienda (se ven en Bocana, Zapatón y otras comunidades), comidas y bebidas, recuerdos de los ancianos sobre formas de vestir antiguas, tradición oral (leyendas), caza y pesca (trampas), actividades comunales (chichada, transporte de carga, etc.).

Los Chorotegas

Una amplia extensión de la actual provincia de Guanacaste y una parte considerable de la de Puntarenas estuvieron habitadas por los indígenas que los españoles llamaron Chorotegas. La región de Nicoya constituyó, históricamente, la zona de conquista temprana, en el siglo XVI, y subsecuente colonización en ese siglo y los posteriores. Se produjo, en toda la región, un amplio mestizaje genético y cultural, que se hace evidente hoy en día en muchas comunidades guanacastecas. Es en este sentido que, quizás, es artificial hablar de una cultura Chorotega residual en la Reserva Indígena de Matambú, sino que debería considerarse que la misma está presente en innumerables rasgos que caracterizan a la mayoría de las comunidades de la actual península de Nicoya y que se evidencian en las comidas, los bailes típicos, la música y muchos otros.

El territorio reconocido como Reserva Indígena de Matambú se ubica en la península de Nicoya, en los cantones de Nicoya y Hojancha. Posee una extensión de 1.710 hectáreas. La población de Matambú es de 1.436, aunque no está claro si se trata de la población total que se reconoce como matambuseña de origen o incluye también a la población no indígena, ya que los límites conceptuales entre ambos no está muy claro. 


VIDEO: Los Chorotegas

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